Los edificios militares siempre son llamativos, pero si encima se encuentran en mitad del mar se vuelven un auténtico atractivo para curiosos y apasionados de los secretos de estado y de las infraestructuras de guerra.
Lugares abandonados en mitad del mar
Porque este fue el caso de las fortalezas marinas Maunsell, las cuales fueron construidas durante la segunda guerra mundial en mitad del mar, concretamente en las cercanías del estuario del río Támesis para servir como puesto de vigilancia ante ataques enemigos.
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En cuanto a la construcción, son unas estructuras muy peculiares realizadas con una base de hormigón y con una estructura metálica de varias “patas” coronada por un pequeño edificio, también metálico en la zona superior. Llegaron a albergar cañones anti-aéreos y anti-navales siendo además importantes desde el punto de vista logístico ya que aumentaban la señal de radar para la detección de enemigos.
En un principio y cuando estaban operativos eran utilizados por la armada británica para poder detener cualquier intento de situar minas en estas zonas navegables tan importantes para el Reino Unido.
Se retiraron del servicio en el año 1950. Desde entonces se han utilizado para toda clase de propósitos, y de hecho una de ellas ha sido la conocida “micro-nación” de Sealand, un pequeño estado imaginario creado por una familia británica en una de estas fortalezas.
También estas torres acogieron numerosas emisoras pirata a lo largo de las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX.
La última experiencia verdaderamente interesante con estas torres fue realizada por un artista británico, que pasó seis semanas completamente sólo en una de estas fortalezas para adquirir una visión más amplia del fenómeno de la soledad y del aislamiento en su relación con el arte.
Existen algunas expediciones para turistas que nos permiten conocer uno de los edificios militares más curiosos y espectaculares del planeta de una forma económica en una excursión de un día.
