Hace poco nos fuimos de escapada rural a Huesca. La verdad es que poco conocíamos de esta región de Aragón antes de pasar el fin de semana y tengo que confesar que nos sorprendió muchísimo por la combinación de cosas que pudimos hacer: primero de todo descansar, segundo comer bien! tercero descubrir su naturaleza y cuarto recorrer bonitos pueblos… ¿qué más se puede pedir?
Escapada rural a Huesca: nuestra experiencia
Durante nuestra escapada rural nos alojamos en un pequeño alojamiento situado en Azanúy, un pueblo muy tranquilo que fue la base para nuestro fin de semana rural.
La Casa Rural el Pilaret es un pequeño hotel de 6 habitaciones cuidadas al máximo detalle. A parte tiene unas zonas comunes que puedes disfrutar a tus anchas: una sala preciosa con un pequeño bar donde te sirves tu mismo, una área de descanso para leer o ver la tele y una terracita. ¡Estuvimos como en casa y lo que más valoramos, a parte de lo bien tratados que estuvimos en todo momento, fue la tranquilidad que se respiraba!
Desde Azanúy no quedan muy lejos un montón de cosas por hacer, así que tras nuestra primera noche en la casa rural y el desayuno que viene incluido en el mismo alojamiento nos pusimos en marcha para descubrir algunos de los rincones de esta parte de Huesca.
Alquézar
Nuestra primera parada del día fue Alquézar, una villa de origen medieval que, según se dice, es uno de los pueblos más bonitos de España. Y nosotros no lo ponemos en duda. Pero tan bonito es el pueblo como su entorno, situado a los pies del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Las callejuelas de Alquézar invitan a pasear y perderse, pero nosotros en un primer momento no perdimos mucho tiempo puesto que queríamos disfrutar a primera hora del siguiente punto que vamos a comentar.
Pasarelas del Vero
Desde Alquézar se accede a un recorrido que recomendamos 100% a todo aquél que se encuentre por la zona: las Pasarelas del Vero. El río Vero transcurre por un cañón precioso en su último tramo y se puede recorrer su curso de agua verde turquesa por unas pasarelas colgadas de uno de los lados del cañón.
El descenso hasta las pasarelas no es complicado aunque sí que hay que estar atento ya que es un camino natural, con piedras y desnivel. Una vez llegados a las pasarelas lo primero de todo es tomar el desvío para ir a ver la cueva y admirar el río a nivel de suelo. ¡ Es simplemente precioso y dan ganas de bañarse! Supongo que en verano la gente lo hará, yo puse los pies y se me congelaron :)
Las pasarelas del Vero son muy fáciles de seguir y durante la ruta a pie hay algún desvío para seguir algún recorrido fuera de las pasarelas. Nosotros subimos hasta el mirador, un punto muy alto desde el que admirar todo el cañón. ¡Aviso: no es demasiado fácil subir!
Es una excursión realmente muy bonita, lo único malo es que una parte de las Pasarelas del Vero están dañadas por desprendimiento y el tramo final del recorrido está cerrado. Esperemos que puedan arreglarlas pronto porque el tramo que hay hasta ahora se hace un poco corto y la parte que falta seguro que es espectacular.
De todas maneras fuera de las pasarelas se puede seguir caminando y disfrutando de las vistas del río Vero e incluso acercarse hasta él siguiendo el camino de tierra. En total podéis contar con que la excursión dura alrededor de unas 3 horas si, como nosotros, os adentráis por los caminos y os echáis un rato a descansar disfrutando de las vistas.
Tras la excursión subimos de nuevo al pueblo para comer en uno de sus restaurantes. Como hacía buen tiempo las terrazas que tienen montadas invitaban a comer al aire libre disfrutando de las vistas. El menú, nada mal por 14 eur por persona: primer plato, segundo, postre y bebidas.
Monzón
Una vez descansados y con el estómago lleno seguimos disfrutando de nuestra escapada rural a Huesca y nos fuimos hasta Monzón, famoso por su castillo templario.
Hay que pagar una entrada de 3 eur por persona para visitar el recinto de este castillo-fortaleza y el precio de la entrada incluye una audioguía muy interesante. Algunas de las partes están restauradas lo que ayuda a imaginar como sería la vida en el castillo de Monzón.
Fonz y la Quesería Val de Cinca
El domingo por la mañana, antes de emprender el camino de regreso a casa visitamos Fonz, que alberga varios edificios renacentista. Pero nuestra visita más que cultural fue gastronómica, nos habían hablado de la Quesería Val de Cinca y queríamos probar sus quesos de oveja!
Todos los sábados, domingos y festivos esta Quesería familiar ofrece una visita guiada a las 12.00h en la que enseñan el proceso de elaboración de los quesos y yogures. Fue muy curioso ver cómo se elaboran todos estos productos a partir de la leche de oveja y lo mejor fue la cata final, se nota que son productos artesanos y de calidad. ¡¡Como no podía ser de otra manera nos fuimos bien cargados!!
Así que ya véis, nuestra escapada rural a Huesca dio para mucho… parece mentira pero incluso nos dió tiempo para descansar y para disfrutar, perdiéndonos entre caminos de tierra, de puestas de sol como esta:
Cuando reservamos el alojamiento lo hicimos un poco por casualidad, pero la verdad es que no podríamos haber escogido mejor. Nuestra escapada rural a Huesca nos sorprendió gratamente y eso que nos dejamos muchas cosas por hacer como visitar una bodega y catar los vinos de la región, recorrer los bonitos pueblos de Aínsa o Graus, cenar en La Frutería del Vero en Barbastro,…