En nuestro viaje de hoy nos hemos dirigido a Irlanda del Norte para poder conocer la Calzada del Gigante, un fantástico espacio natural donde la primera sensación que tenemos es que el hombre ha tenido mucho que ver, aunque la realidad es bien distinta.
La sorprendente Calzada del Gigante
Una de las cosas que más sorprende a los visitantes cuando llegan por primera vez a la Calzada del Gigante son las múltiples formas geométricas que podemos ver alrededor.
Éstas formas sobresalen del mismo suelo y dan la sensación de que han sido hechas a mano con el objetivo de crear un nuevo entorno que se diferencie de los demás, aunque la realidad nos ha demostrado que la razón de estas columnas y formas diversas se debe al rápido enfriamiento de la lava procedente del volcán, lo que da lugar a la aparición del basalto, el cual acaba formando prismas.
Debido a que el basalto es mucho más resistente, con el paso del tiempo las rocas de alrededor se van erosionando de forma que en la actualidad tan sólo han quedado estas piezas a la vista.
La historia de la Calzada del Gigante
La razón por la que este lugar es denominado como la Calzada del Gigante es debido a una leyenda en la que dos gigantes se peleaban lanzándose piedras. El Gigante irlandés era más fuerte y decidió acabar con la vida del Gigante de Staffa.
Por ello, la mujer del segundo decidió vestir a su marido de bebé, de forma que al llegar el irlandés pensó que se trataba de su hijo, por lo que dedujo que el padre sería muchísimo más grande.
Por ello, el gigante irlandés huyó pisando fuertemente las rocas para que se hundiesen y su enemigo no pudiese alcanzarlo.
Gracias por la foto a bea y fredi