En el año 2010 se inauguró en Singapur este maravilloso hotel, el Marina Bay Sands. La piscina de este hotel está situada en la planta 55 y nadando en ella podemos disfrutar de una maravillosa vista del Skyline de Singapur.
La piscina mide 150 metros de largo y dado que no tiene bordes da el efecto como si estuviéramos nadando hacia el horizonte desde el mismísimo cielo. La verdad que debe ser una experiencia alucinante, a parte de vertiginosa porque es como si al llegar a su borde parece que vayas a caer en picado al vacío!. La idea inicial de este hotel era la atracción turística, desconozco si lo conseguirían pero está claro que por ganas de probar esta experiencia no será.