Una ciudad que no suele considerarse como uno de los principales destinos a destacar dentro de un recorrido por Estados Unidos es Detroit, una ciudad puramente urbana que esconde una interesante cantidad de historia entre sus calles.
Detroit es la ciudad más grande del estado de Michigan, la cual sufrió un cambio radical a finales del siglo XIX ya que la ciudad estuvo a punto de generar su propia revolución industrial, por lo que todo tipo de ingenieros acudieron a este lugar.
A partir de estos acontecimientos, en 1913 el fabricante de automóviles Henry Ford perfeccionó la primera línea de montaje de coches a gran escala. Después de pocos años, Detroit estaba a punto de convertirse en la capital mundial del automóvil. Por primera vez, la riqueza estaba al alcance de todo tipo de gente, rascacielos monumentales y barrios de lujo transformarian la ciudad en una de las mas importantes del mundo.
Llegando a convertirse en la cuna para miles de inmigrantes que marcharon de su hogar en busca de trabajo. Durante los años 50, su población aumentó en casi 2 millones de personas. Detroit se convirtió en la 4ª ciudad más grande de Estados Unidos.
¿Qué ocurrió con Detroit?
Pero tras toda esta prosperidad, ¿Qué ocurrió con la cuarta ciudad más grande de EEUU? En la decada de 1990, empezó la decadencia de la ciudad, ya que la mayoría de la industria se desplazó a otros lugares donde la mano de obra era mucho más barata.
Además durante estos últimos años, con la recesión que ha asolado EEUU podemos encontrar gran parte de los edificios de la ciudad en ruinas.
Si hacemos una visita podemos encontrar la mansión del famoso James Scott en ruinas, ya que muchas de estas antiguas viviendas fueron incendiadas por sus propietarios para exprimir los seguros. Otras, abandonadas acarbaron presa del vandalismo.
También muchos turistas quieren comprobar con sus propios ojos el esplendor perdido de la ciudad, edificios de negocios donde no hay más que objetos antiguos y sin valor, salones de baile, y hasta antiguas iglesias arruinadas por el paso del tiempo.
Fotos de PortalDeltaNet , Bernt Rostad